Kyoto fue capital de Japón durante más de mil años. Es la cuna de gran parte de la cultura japonesa y la buena conservación de sus edificios y barrios históricos hacen que pasear por sus calles sea como viajar atrás en el tiempo.
Puedes pasar en Kyoto todos los días que tengas disponible y nunca terminarías de ver todos sus tesoros… pero, como hay que elegir, aquí te dejamos los 10 lugares imprescindibles que no pueden faltar en tu itinerario por la antigua capital.
Uno de los edificios más icónicos de Japón es el Kinkaku-ji (Pabellón Dorado),aunque en realidad ese es su nombre popular, el oficial es Rokuon-ji. Originalmente fue la villa de ocio de un shogun, pero fue convertida en templo zen tras su muerte.
La parte más conocida es la edificación de tres plantas cubiertas en pan de oro que crean imagen realmente fotogénica al reflejarse en el estanque. La construcción actual no es la original, puesto que quedó destruida en un incendio en 1950 cuando un monje le prendió fuego alegando que era demasiado bello. Si este hecho te causa curiosidad te recomendamos leer la novela El Pabellón de Oro de Yukio Mishima.
Una de las características más llamativas del Kinkaku-ji, además de su llamativo material es que cada una de las alturas tiene un estilo arquitectónico y decorativo diferente. El primero sigue el estilo de los palacios y las casas de la nobleza, el segundo de las casas de los samuráis de alto rango y el tercero, de un templo zen.
Precio de la entrada: 400 yenes
Muy cerca del Pabellón de Oro (puedes ir andando), se encuentra el templo Ryoan-ji, cuyo jardín seco es su principal atractivo. Es uno de los ejemplos más importantes de todo Japón de jardín zen de estas características, cuenta con 15rocas dispuestas de tal forma que nunca pueden verse todas a la vez y que invitan a sentarse y meditar.
Este es uno de los muchos lugares designad como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en Kyoto. Además, no solo podrás del jardín de rocas, sino también de otros verdes, muy cuidados y cuya naturaleza varía con las estaciones.
Precio de la entrada: 500 yenes
Gion es un nombre conocido en el mundo entero por haber sido uno de los principales hanamachi (distritos de las flores) o barrios de geishas deJapón. Antes de la segunda guerra mundial vivían y trabajaban en Gion más de mil geishas.
Caminar por sus calles adoquinadas bordeadas por casas de té (machiya)y restaurantes de estilo tradicional es todo un viaje por la cultura japonesa.A pesar de que es un punto de gran interés turístico y mucha afluencia, su encanto es realmente especial.
Durante tu visita a Gion presta especial atención a los carteles con las normas de comportamiento, en algunas calles está prohibido hacer fotografías. También, en toda la zona, no se permite hacer fotos a las geishas y maiko (aprendices) y, tampoco tocarlas, por supuesto. Las multas son elevadas.
Si tienes tiempo, puedes ir hasta Pontocho, otro hanamachi de gran importancia.
El bosque de bambú de Arashiyama es uno de los puntos más emblemáticos de Kyoto, y se sitúa al oeste de la ciudad. ¡No te vayas de la zona solo habiendo visto el bosque! Combina el paseo con la visita al templo Tenryu, cruzar el puente Togetsu y perderte por los pequeños negocios de dulces y recuerdos que pueblan el área.
El bosque de bambú está atravesado por un sendero abierto todo el día y gratuito. El bambú, dejando pasar la luz del sol, el sonido que genera al moverse con el viento (declarado sonido a preservarse por el gobierno de Japón),y la conexión con la naturaleza a pesar de los otros visitantes, es innegable.
Entrada gratuita
Otro de los lugares más conocidos de Japón es el santuario Fushimi Inari Taisha… y ¡también se encuentra en Kyoto! Está consagrado a Inari, la divinidad sintoísta de las cosechas y el éxito empresarial. Existen cientos de santuarios Inari en Japón, pero este es el más grande.
Prepárate para quedarte sin habla ante sus más de 10.000 puertas torii que llevan a quien aguante hasta la cima del monte (4 km aproximadamente con ascenso escalonado). Cada uno de los torii ha sido donado por una empresa o familia para pedir a Inari su apoyo y bendición a sus negocios. También encontrarás cientos de esculturas de zorros, ¡mensajeros de Inari! Y muy importantes en el folklore japonés.
El santuario se fundó en 711 y lleva activo desde entonces. Los edificios principales se encuentran nada más cruzar un enorme torii, en la base del monte, y decenas de pequeños santuarios se van disponiendo por todo el terreno.
El santuario permanece abierto las 24 horas y la entrada es gratuita.
El templo Kiyomizudera o del Agua Pura, fue fundado en 778 en la cima de la ladera al este de la ciudad. El complejo del que podemos disfrutar hoy es fruto de la reconstrucción que se llevó a cabo en 1633.
Su elemento más conocido es su gran balconada de madera construida sin clavos sobre un acantilado y desde la cual puedes disfrutar de unas impresionantes vistas de la antigua capital. También es impresionante el altar a Kannon, la diosa budista de la misericordia y el santuario Jishu, dedicado al amor.
En la parte inferior, encontramos el motivo del nombre del templo, ¡la cascada Otowa! La cual tiene una leyenda a su alrededor. Sus aguas se dividen en tren chorros y cada visitante puede elegir de cuál beber: la de la derecha promete longevidad, la del centro éxito en los estudios o negocios y la izquierda, el amor. Eso sí, solo se puede beber de una, se dice que los avariciosos que quieran probar todas, conocerán la desgracia.
Si puedes, ¡intenta ver al menos un atardecer desde el Kiyomizu-dera!
Precio de la entrada: 400 yenes
Higashiyama, literalmente “montaña del este”, es un barrio muy popular entre quienes visitan Kyoto por lo bien conservado que está. Se caracteriza por sus estrellas y empinadas calles, sus construcciones tradiciones de madera y templos. En los últimos tiempos también es muy conocido gracias a las tiendas y ryokan (alojamientos de estilo japonés) que pueblan sus calles.
Las dos vías principales de Higashiyama son Sannezaka (cuesta de los tres años) y Ninenzaka (cuesta de los dos años). Estos años son los que tendremos de mala suerte según la creencia local si tropezamos allí. Incluso existe una versión más oscura de la leyenda, que dice que esos años son los que tardarás en morir. ¡¡Mucho cuidado por si acaso!! En cualquier caso, son un lugar muy pintoresco y encantador, que no puedes perderte. Y… no olvides tu foto de la preciosa pagoda Yasaka.
El Castillo de Nijo es una de las construcciones civiles visitables más importantes de Kyoto y escenario clave de diversos momentos que definieron la historia de Japon. Data 1603 cuando se construyó para ser la residencia oficial en la capital del shogun del Tokugawa Ieyasu, aunque fue terminado por su nieto, Tokugawa Iemitsu. El clan Tokugawa ostentó el poder fáctico de Japón durante décadas, dejando al emperador con un cargo aunque superior sobre el papel, meramente ceremonial en la realidad. El castillo está declarado comoPatrimonio Mundial por la UNESCO.
La visita incluye no solo los jardines (como ocurre en el Palacio Imperial)sino también el interior del complejo, donde pueden verse diferentes salas, pinturas, puertas corredizas y techos decorados, celosías… y pisar su característico “suelo de ruiseñor”. La madera está dispuesta de tal forma que al pisar suena, pensado para detectar a posibles asaltantes.
Precio de la entrada: existen varios tipos de entradas según lo que quieras visitar. La más cara y completa son 1.300 yenes.
Entre tanta visita habrá que comer, ¿no?
El mercado de Nishiki es un enorme mercado de alimentos de más de cuatro siglos de antigüedad donde se venden todo tipo de productos frescos (pescados, verduras, frutas, marisco, carne, especias, te…) y también alimentos preparados(dulces, snacks, mariscos y platillos varios). Algunos comercios también venden productos como cuchillos, ollas, arroceras y otros artículos relacionados con la gastronomía. De esta forma, atrae tanto a locales a hacer sus compras diarias como a viajeros.
Se recomienda visitar el mercado en horario de mañana e ir con hambre para probar las diferentes especialidades de cada puesto. Suelen tener un tamaño pequeño por lo que podrás probar varios.
El ambiente del mercado es animado y bullicioso, especialmente durante las horas pico, lo que lo convierte en un lugar ideal para experimentar la vida local y disfrutar de la gastronomía japonesa. Es un destino imprescindible para los amantes de la comida y aquellos interesados en la cultura culinaria de Kioto.
El paseo de la filosofía o del filósofo es un agradable sendero de en torno a 2km que, a las orillas de un canal, invita a recorrer la parte noreste de la ciudad de forma tranquila. Toma su nombre del filósofo Nishida Kitaro, quien solía meditar mientras caminaba por este camino.
En primavera y otoño suele estar más concurrido por la belleza de los cerezos en flor o la coloración de los arces, pero lo cierto es que en verano es también muy agradable porque corre la brisa y el sonido del agua es refrescante.
Mientras recorres el paseo de la filosofía puedes detenerte y visitar otros atractivos, comenzando por el Ginkaku-ji (Pabellón de Plata), el templo Eikan-do, el Honen-in o el Nanzen-ji.